lunes, 24 de mayo de 2010

...Y como último tributo, la inteligencia emocional


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Como punto de partida de mi ultima en entrada en este Blog para la asignatura Habilidades Directivas, me gustaría pronunciar mi completa satisfacción por unas clases que han aportado mucho a mis conocimientos como posible futuro directivo. Hemos ejercitado competencias que son imprescindibles a la hora de gestionar de una manera efectiva nuestro personal. Pero no solo hemos visto aptitudes en el ámbito de la gerencia, sino que también acaecemos importantes habilidades para poder adaptar nuestro pensar, nuestros sentimientos, nuestra capacidad de relación, o simplemente para lograr sobrevivir en este mundo corrompido por unos continuos cambios del entorno. Pero bueno, dejemos esta profundización para la guía del directivo.
En su lugar, preferiría adentrarme en el temario tratado en las pasadas dos semanas, o sea, en los días 12 y 19 de mayo, dejando de lado el día 11 de mayo, dado a ya haber abordado la negociación la ultima entrada a este Blog. Sin embargo, ausenta en este el último contenido impartido en clase, que siendo por ello no ostenta menos importancia – la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es una herramienta que esta cobrando cada día más admiración. Esta aparentemente contradictoria unión entre dos palabras como son la “inteligencia” y la “emoción”, ha revolucionado la conciencia humana. Sin ir más allá está comprensión se refiere las aptitudes propias para lograr motivarse y resistir cara a las desilusiones, a vigilar el impulso y prorrogar la gratificación, a regular el humor y evitar que las perturbaciones estrechen la capacidad de pensar, así como a mostrar empatía y amparar esperanzas.
Yo por mi parte, lo veo como una especie de intersección entre el pensamiento y el sentimiento, que se debería de considerar, con sus ligadas competencias, como una indiscutible clave, tanto para el éxito profesional como para el personal. Un motivo, sin duda, es que nos ayuda a dirigirnos de una manera más razonable y asertiva, a la gente que nos rodea. Un ejemplo a nombrar que refleja todo lo contrario es sin duda a Miranda, la protagonista en la película “El diablo viste Prada”, y que interpreta el papel de una venerada jefa del mundo de la moda, con una conducta frívola y directriz.
A continuación me gustaría citar una frase, dicha por el ahora bien conocido Goleman, y que brinda de manera apropiada una buena conclusión:
"Ahora se nos juzga según normas nuevas: ya no importan sólo la sagacidad, la preparación y experiencia, sino cómo nos manejamos con nosotros mismos y con los demás.... Al rastrear datos sobre los talentos de los desempeños estelares, surgen dos habilidades que influían relativamente poco en los años setenta, pero en los noventa han alcanzado una importancia crucial: la formación de equipos y la adaptación al cambio".

lunes, 10 de mayo de 2010

La negociación



Esta semana hemos podido ver como se prepara, se desarrolla y se llega al acuerdo/conclusión de una buena negociación. Además también nos adentramos en las distintas estrategias que existen y aprendimos la importancia que tiene una escucha activa.

Aunque parezca mentira estamos negociando desde que tenemos uso de razón y desde entonces a sido un ejercicio que hemos realizado sin cesar, ya sea en el colegio, con los amigos, con nuestros padres o familiares y hasta con gente que no conocemos. Por ese motivo tenemos que tener los conocimientos esenciales para poder desarrollar la astucia oportuna y así lograr que el resultado sea de nuestro agrado.

Una de las cosas que más me ha gustado de las partes de la negociación que hemos tratado en clase son las distintas tácticas que se pueden utilizar para alcanzar algo y que asimismo es un elemento estratégico… yo las veo como una especie de habilidad de actuación, ya que nos obliga a asumir una actitud distinta a la que seguimos habitualmente, según nos lo pida el caso en cuestión. Estas tácticas son denominadas como pautas a corto plazo pero nos permiten alcanzar los objetivos a largo plazo.

Aunque sea el paso estratégico el que más me ha complacido, no creo que sea solo la clave del éxito de una buena negociación. Es más, yo creo que las tácticas, opciones y argumentos no pueden llegar a ser irrebatibles sin una excesiva preparación previa.
En los preparativos previos a la negociación se trata sobre todo se conocer mejor al contrario y cuales son sus objetivos. Una vez hayamos recolectado toda la información necesaria podemos proseguir a los objetivos que se pueden llegar a conseguir, según lo averiguado. Pero no podemos olvidarnos de lo que pretendemos conseguir y como lo queremos hacer.

Una fase a la que sin duda se le ha ensoberbecido importancia es la parte del acuerdo final como resultado de la negociación. Cómo bien recalcan las diapositivas esta fase puede ser muy peligrosa ya que nos podemos centrar demasiado en llegar a un acuerdo y por ello olvidarnos de los detalles de lo acordado. Por quiero reiterar la regla de oro: resumir lo acordado y conseguir que la otra parte acepte que el resumen coincide con lo acordado.

Finalmente, y como base del proceso de negociación, también tenemos que saber llevar a cabo un escucha activa de nuestro contrario. Es decir, que escuchemos y entendamos la comunicación desde el punto de vista del que nos esta hablando. Además también se refiere a la habilidad de escuchar los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para facilitar esa captación se conocen los siguientes elementos:

- Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar
- Observar al otro: identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y los
sentimientos
- Expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.)

Se resumen las habilidades necesarias para alcanzar la escucha activa optima mediante la muestra de empatía, parafrasear, la emisión de palabras de reesfuerzo o cumplidos y un resumen lo oído para mostrar nuestro grado de compresión.